teofilo_stevensonTeófilo Stevenson, el gran campeón, el boxeador espectáculo, ha perdido su último combate. La salud quebrantada, tal vez por su excesiva adicción al alcohol le paso la cuenta a los sesenta años a ese genio natural del pugilismo que en las décadas de los setenta y ochenta hizo las delicias de aficionados y especialistas con su elegancia boxística y demoledora pegada en los cuadriláteros de medio mundo.

Ese gigante de carácter sencillo y afable, de nobleza casi infantil, desde muy joven destacó por sus excepcionales condiciones físicas y en la medida en que fue desarrollándose como boxeador se hicieron patentes sus cualidades naturales. La fuerza de su pegada motivó varios estudios científicos y fue tan demoledora que los testimonios de sus adversarios son realmente escalofriantes. Reunía además, el ídolo de Puerto Padre, gran poder de asimilación, excelente técnica para boxear en la corta, media y larga distancia y muy buena precisión en el golpeo, aptitudes que lo convertían en un rival prácticamente infranqueable y en un show sobre el encerado.

Desde muy joven comenzó a tejer su leyenda hasta hilvanar tres títulos olímpicos (1972, 1976 y 1980) y tres mundiales (1974.1978, 1982), cuando estos torneos se celebraban cada cuatro años, amen de otros tantos pergaminos en el ruedo del competitivo boxeo amateur de su época.

Destacados púgiles fueron víctimas de la potencia de sus puños: Duanne Bobick, Uli Khaden, John Tate, Mircea Simon, Peter Husing por solo citar algunos. También memorables fueron sus épicas batallas sobre el cuadrilátero con sus más enconados rivales, los cubanos Ángel Milian, el valiente matancero Roberto Gómez o el soviético Valeri Abahsjan, uno de los boxeadores más fuertes que han pasado por los pesos completos y que exigió del campeón lo mejor de si para vencerlo inobjetablemente aquella memorable noche de agosto de 1984, en la pelea final del torneo alternativo a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles con motivo del boicot de los países socialistas a la cita estival.

Stevenson nunca fue un ejemplo de disciplina y constancia en el entrenamiento, durante su vida deportiva jamás dejo de fumar o divertirse como el autentico cubano que era. Su historia podría ser más grande de no ser por haber llegado como una sombra de si mismo al Campeonato Mundial de Alemania en 1982, donde fue eliminado en la primera pelea por un púgil muy inferior a el o de haber podido asistir a la mencionada cita olímpica de Los Ángeles donde quedó esperando su cuarto título olímpico.

Carácter de leyenda también adquirió el enfrentamiento nunca concretado con el gran campeón profesional Mohamed Alí. La que podía haber sido la pelea del siglo nunca fue y con el tiempo las dos grandes luminarias del cuadrilátero sellaron una profunda y fraternal amistad.

En su momento Stevenson rechazo las ofertas millonarias que le hicieron para pasar al profesionalismo. El escogió su destino con lo cual tal vez perdió la oportunidad de convertirse en una estrella indiscutible del boxeo profesional y precursor de toda esa pléyade de jóvenes peleadores cubanos que a fuerza de talento se abren hoy camino en el pugilismo rentado.

La repercusión mundial y mediática de la muerte del campeón seteofilostevenson corresponde con la enorme estela de popularidad y admiración que conserva aun más de veinticinco años después de su retiro. El propio Stevenson manifestó su asombro ante la casi veneración que le manifestaron las grandes estrellas de la historia del olimpismo que fueron homenajeadas junto a el en la inauguración de los juegos del centenario de Atlanta 1996.

Tal vez por tenerlo tan cerca los cubanos no hayamos podido aquilatar la grandeza de este atleta excepcional que rendía culto a la amistad. Por su talento, ejecutoria y significación universal, más allá de su declarada alineación política fue uno de los primeros exaltados al “Salón de Negras y Negros Ilustres de Cuba” establecido en agosto de 2009 por el Comité Ciudadanos por la Integración Racial (CIR).

Ahora cuando todo parece indicar que el deporte cubano, en los venideros Juegos Olímpicos Londres 2012, quedará muy lejos de las glorias pasadas Stevenson abandona la vida, pero deja en la memoria de los amantes del deporte el recuerdo imborrable de su talento irrepetible, sus grandes hazañas y su caballerosidad en la arena competitiva.

Leonardo Calvo Cárdenas

Historiador y politólogo

contacto: elical2004@yahoo.es

Dejar respuesta