El numero 177 de la Primavera Digital, bajo el título de «¿A quién discriminan en Cuba?», nos trajo una vez más las valoraciones y criterios del Máster en Ciencias Históricas Julio Aleaga Pesant en un texto con el cual el autor pretende, según sus propias palabras, hacer aportaciones enriquecedoras a un tema tan complejo y actual como la problemática racial en Cuba y en el cual parece esbozar la idea de que los afrodescendientes en Cuba no sufren discriminación o desventaja social
La primera sorpresa que nos regala el autor es calificar como una moda a la creciente sensibilidad y debate intelectual, cultural y político que sobre la problemática racial se extiende por el planeta, en el momento en que la humanidad forma consensos en la búsqueda de justicia histórica y social para los africanos y sus descendientes, cuando los coyunturales e interesados reacomodos socioeconómicos del poder en Cuba ha profundizado la polarización social que afecta el presente y futuro de los sectores más vulnerables, victimas de las nunca atenuadas desventajas.
En una suerte de malabarismo conceptual el autor confunde e identifica racismo con discriminación, olvidando que el racismo se expresa en la dimensión mental-cultural como ese conjunto de criterios, patrones y referencias que, desde una vocación de hegemonía, definen a otro grupo social como inferior o despreciable por razón de su origen étnico.
Mientras, la discriminación se mueve en una dimensión mucho más concreta y operativa y puede ser entendida como los mecanismos, acciones y comportamientos a través de los cuales se inferioriza, margina, excluye o victimiza a un determinado grupo social, no siempre y necesariamente por el color de su piel u origen étnico. De lo dicho se infiere que alguien puede ser un acérrimo racista y no ejercer la discriminación o la posibilidad de discriminar a alguien de nuestra propia raza.
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Leonardo Calvo Cárdenas. Historiador y politólogo