Ángel Juan Moya Acosta, prisionero de conciencia del Grupo de los 75:
«Los negros cubanos hemos sufrido la marginación racial por parte de las autoridades desde el primer año del triunfo de los Castro, de 1959 hasta hoy, pese a que la población acá es mayoritariamente de raza negra».
«Los prejuicios y desconfianza por parte de directores de empresas y administradores afloran al momento de contratar laboralmente a las personas negras, a quienes muchas veces nos niegan el trabajo y cuando no, somos ubicados en puestos con salarios extremadamente bajos. Este apartheid se desvela con claridad meridiana en el sector del turismo, donde sólo somos usados como bufones u otros instrumentos de recreación para los extranjeros».
«En los principales cargos de dirección de la administración pública la representatividad es muy baja. Nada más hay que fijarse en el cuerpo de generales que rodea a Raúl Castro para comprobar esta realidad, pues casi todos son blancos».
«Por lo general, los negros cubanos vivimos en casas muy malas con un elevado nivel de hacinamiento y muchos se han visto obligados a domiciliarse en barrios marginales, donde carecen de todas las infraestructuras urbanas y los servicios más elementales, como por ejemplo: agua potable, electricidad y alcantarillado».
«Por si fuera poco somos ferozmente mucho más perseguidos por la policía nacional revolucionaria que los blancos. No importa que sea de día o de noche, los negros somos detenidos en plena vía pública, registrados nuestros cuerpos y maletines y luego injuriados. Por eso las cárceles están llenas de ciudadanos negros que sufren cada día los ultrajes, desprecios y palizas, perdiendo totalmente su salud y hasta sus vidas».