Por Juan Antonio Madrazo Luna
La homofobia es uno de los campos que continua dinamitando la dignidad de muchas personas en la actual sociedad cubana. La misma es parte de un silencio social y político consensuado.
Para el ensayista Abel Sierra Madero, Premio Casa de las América por su excelente ensayo Del otro lado del espejo: La sexualidad en la construcción de la nación cubana “la homofobia es una cicatriz que el cuerpo nacional y político insiste en ocultar”.
Esta conducta impropia también fue heredada por la llamada revolución cubana. Fenómenos como la parametracion, las purgas universitarias, el trabajo forzado en las llamadas unidades militares para la producción y ayuda (UMAP), el destierro de importantes intelectuales, el capítulo Mariel, la humillación y el suicidio en unidades militares son algunos de los tantos hechos que forman parte del expediente higienista, represivo y homofóbico del machismo leninismo que intentó construir un hombre nuevo.
Importantes intelectuales y artistas fueron víctima de la violencia homofóbica y revolucionaria como Raúl Martínez, Vicente Revuelta, Calvert Casey, José Mario, Virgilio Piñera, Servando Cabrera Moreno y muchísimos más.
Estamos ante una Quinta Jornada Cubana contra la Homofobia que aún no alcanza los ecos suficientes para una verdadera campaña nacional no solo contra la homofobia pues Cuba necesita una campaña sistemática y permanente contra todas las discriminaciones (raciales, políticas, de género, etc.) pues aun el poder hegemónico continúa invisibilizando las identidades.
Para muchos activistas esta jornada tiene un carácter diferente a las anteriores pero para un activista gay como Amaury “Aún falta mucho por trabajar, la jornada no puede ser una semana o un mes. Hoy estamos contentos pero mañana vamos a continuar sufriendo y cuando se es homosexual y negro a la vez se sufre doblemente. Somos una sociedad racista y homofóbica, en la cual la misoginia también ocupa un lugar destacado. Aun despierto con la pesadilla que se repitan hechos como los ocurridos en los 60 y 70 del siglo pasado donde muchos de mis colegas fueron humillados salvajemente y algunos condenados a prisión. Aun agentes de la policía intentan y abusan de muchos de nosotros a cambio de dinero o favores sexuales. Es una verdadera realidad el acoso sexual por parte de agentes del orden público y muchos callamos ante hechos así”.
Para otros como Gabriel, vecino de la barriada habanera de Miramar «la campaña orquestada por el CENESEX y a la cabeza de su directora Mariela Castro no es más que una cirugía política para lavar las culpas del poder verde olivo, donde los autores intelectuales de cada una de las humillaciones que ha sufrido y sufre nuestra comunidad aún les habita la arrogancia de no someterse a la disculpa pública”.
Estas imágenes son solo una muestra de esa Habana Rosa y diversa que por estos días lanza sus gritos de rebeldía aunque la jornada se haya convertido en una campaña política, las identidades reclaman empoderamiento ciudadano y respeto a su dignidad.
Aún hay fuerzas conservadoras dentro del poder que se resisten a la aprobación de la ley de identidad de género, reformas en el código de familia o aprobación de matrimonio entre personas del mismo sexo, mientras tanto la comunidad LGBT en Cuba sufre e intenta tener sus momentos de felicidad a toda costa. Una comunidad que sueña con que Cuba sea un arcoíris para todos y todas.
Juan Antonio Madrazo Luna
Coordinador Nacional del CIR