(Por DDCuba) La discusión sobre el tema racial en Cuba ha sido «pobre en términos cuantitativos y propositivos«, y no existen experiencias mediáticas, pedagógicas, colectivas o comunitarias que permitan sistematizar el problema, advirtió el escritor y ensayista cubano Roberto Zurbano, que participó en el taller «Cuba y los pueblos afrodescendientes en América», realizado en La Habana.
Zurbano dijo que una de las primeras dificultades para enfrentar los «neoracismos» radica en el «silencio, la falta de debate social y también de espacios institucionales donde discutir, enjuiciar cada acto racista consciente o no, institucional o no, que sufre el negro», informó la agencia IPS.
También mencionó como limitación la carencia de instituciones sociales «propias» desde las cuales se puedan desarrollar investigaciones, defender proyectos individuales y grupales, «empoderar comunidades y proteger a los más vulnerables».
«Si dichas instituciones son necesarias o no para una sociedad como la nuestra, eso lo dirá el modo en que ellas logren llenar un vacío ideológico y social que hoy erosiona y atrasa a nuestra población negra, detenida entre el silencio, la falta de reconocimiento, las escasa promoción social así como las nuevas formas de discriminación racial», señaló.
Miembros de la disidencia interna e intelectuales vinculados al gobierno han incrementado en los últimos años sus denuncias sobre la situación de los negros en la Isla, especialmente afectados por la crisis económica.
Estudios señalan a los negros como la parte de la población con menor acceso a trabajos remunerados en divisas y que menos recibe remesas de familiares en el exterior. Asimismo, en los puestos de dirección y que ofrecen facilidades para viajar al extranjero predominan los blancos.
Zurbano recordó que en 2009 fue disuelto el proyecto Color Cubano, que durante casi 10 años constituyó un espacio de discusión de la problemática racial. Sin embargo, siguen surgiendo ese tipo de grupos en todo el país. «Esto es porque han faltado políticas y han faltado políticos metidos en esta discusión desde la conciencia racial o desde la conciencia de cubanos por resolver este tema«, consideró.
Propuso crear una organización que agrupe a todas estas personas, como espacio social de debate.
«Si en algún lugar vale la pena hacer un debate responsable, crítico y autocrítico es Cuba, por su moral, ética, historia. No se puede seguir aplazando este tema, tratando todo en medias tintas», afirmó.
El panel estuvo integrado además por Magia López, directora de la Agencia cubana de Rap, una entidad oficial, el investigador y experto Romero Rodríguez, de Uruguay, y James Early, director de Política Cultural del Instituto Smithsoniano de Washington, Estados Unidos.
De entre los asistentes, la exatleta Irene Esther Ruiz llamó a tener en cuenta que la mujer negra sufre doble discriminación.
«La pobreza lleva nombre de mujer y, si es negra, en la escala social tiene menos oportunidades», recordó.
El seminario fue organizado por el Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello.
«Partimos de constatar las situaciones de franca desventaja en que vive la mayoría de los afrodescendientes de la región, y de comprender que esto se relaciona íntimamente con las secuelas de la esclavitud y de la persistencia del racismo», dijo la convocatoria.